El niñombre
El niñombre de la bolsa...
Recuerdo una vez,
en Córdoba,
subiendo una sierra,
encontré a un niño
que arrastraba una gran bolsa.
Allí ponía lo que los turistas iban perdiendo por el camino.
El niño, tenía tantas arrugas en su cara
que dudé que fuese un niño
pero...
tengo 12, me dijo.
Su altura era la de un pequeño de 8 años
y su expresión la de un hombre de 50.
Sonreía arrugadamente
mientras buscaba objetos perdidos.
Sentí una triste vergüenza mientras hablaba con él
pero la agarré fuerte
no quise que vaya a parar a su bolsa.
Arrastrar vergüenza ajena,
no es cosa de niños.
jh
Recuerdo una vez,
en Córdoba,
subiendo una sierra,
encontré a un niño
que arrastraba una gran bolsa.
Allí ponía lo que los turistas iban perdiendo por el camino.
El niño, tenía tantas arrugas en su cara
que dudé que fuese un niño
pero...
tengo 12, me dijo.
Su altura era la de un pequeño de 8 años
y su expresión la de un hombre de 50.
Sonreía arrugadamente
mientras buscaba objetos perdidos.
Sentí una triste vergüenza mientras hablaba con él
pero la agarré fuerte
no quise que vaya a parar a su bolsa.
Arrastrar vergüenza ajena,
no es cosa de niños.
jh
3 comentarios
Pedro Muñoz Chávez -
Gabriela -
Niños viejos. No solo pobres materiales. Niños viejos de todos los colores.
Noamanda -
Saludos.