La casa de las palabras.
A la casa de las palabras, acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las lamieran.
Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían, y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.
En la casa de las palabras había una mesa de los colores. En grandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servía del color que le hacía falta: amarillo limón o amarillo sol, azul de mar o de humo, rojo lacre, rojo sangre, rojo vino...
de Eduardo Galeano
Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían, y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.
En la casa de las palabras había una mesa de los colores. En grandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servía del color que le hacía falta: amarillo limón o amarillo sol, azul de mar o de humo, rojo lacre, rojo sangre, rojo vino...
de Eduardo Galeano
4 comentarios
sANDR4A -
Brisa -
Mon (sigo) -
no es la casa de los poetas
perdón galeano
es la casa
que no admite el silencio
como huésped permanente.
Mon -
es cualquier casa
cimentada en sangre
risa
llanto
semen.
la casa de las palabras
es la casa de los afligidos
de los ilusos
de los desesperanzados
de los que aman a morir
y mueren por amor.