lunas, astros y oscuro mi cielo fugaz estrella que por mi pasas quiero perderme en tu infinito suspenderme en tu vacío y beber de tus dulces senos cual un humilde asteroide toda tu vía láctea.
desnudarte despacio explorando tus lunares y el lado oculto de tu cuerpo girando a tu alrededor cediendo a la interna gravedad de tus sentimientos a tu hechizante poder de atracción crepuscular
No me importa ya el mar de piedras que deba atravesar para verte, explorarte hundir mi inmóvil bandera en ti pensando que te conquisto pero cuan ingenuo me pienso sintiéndome perdido en la magnitud, el espacio de tu persona, mi universo.
¿donde hay lugares pequeños y hermosos donde no te vean te escuchen te huelan te toquen te sepan, para volver año tras año a cada momento donde no te encuentren ni nadie te conozca, nadie allí solo tú contigo?
he tratado de No invadir tu mundo de ilusiones me he cuidado de No lastimar tu frágil existencia definida la prudencia, de No ser quien rompa tus rituales y ser estanco lago de reflejos, cuando el tiempo determine y en mí quieras fijarte paciencia infinita, brindar paz de elección, para cuando sientas iniciarte tú has de decirme tú has de marcarme humildad de simple hierba aguarda el momento que digas necesitarme.
No. No quiero saber nada solo quiero el vegetal destino de callarme de resistir el tiempo sin excusas los aguaceros, los vientos el calor del estío la sequedad del suelo la ignorancia de los canes el posar de las luciérnagas y tal vez algún día o jamás quieras hacer destello sobre mi tallo. No es tema de resignación solo se trata de destino. No adelanto, No espero, No ansío solo estoy y de nada es un signo.
pongamos una lámpara esta noche siento olores acres de ración inundando mi pecosa nariz alas que se vuelven crespas avidez que se me pierde dentro de esa caja de zapatos ansío tocarlos tibias plumitas como quien reza encarcelo inocencia aprisiono pío píos
Sol, va a hacer calor estoy cosechando blancas redondas jugosas aromáticas, crocantes una lluvia de senos empinados pezones azucarado jugo tienta ansiosa mi boca
como ángeles las abejas espolvorean música deliciosa manos tiernas acunan la necesidad de beberte y tú frágil, contenida
bajo sombrero de paja ojos no descansan, buscan separan, indagan, preguntan a las hojas, porque se esconden de mí las uvas.
Huracán de colores, girando, empujando granizo de olores, cayendo, golpeando el huerto de mi emoción. Allí es donde creciendo la intensidad, la esperanza de mis manos temblorosas de tus hojas acariciar.
El movimiento de mis labios semeja el batir de alas, de iracundas mariposas, buscando, anhelando amarillas y rojas, posándose, adueñándose en efímera vida en el néctar de tu saliva en la flor de tu boca.
Caminado me deslizo suave, silencioso sobre paredes, signos y tallos queriendo, encontrando mis antenas alertas incansable, de mil vueltas como simple caracol de tus hojas, hambriento.
Claroscuro pesar sobre mi se cierne pensaba jamás tocarme ignorante feliz temblor de mi porte falta de control, diagnostico feroz tarde consuelo, evocación actual palabras, ahora son palabras lo único es el dolor píldoras, agujas y flores no queda mas que callar el sufrimiento pero solo el de mi cuerpo el otro nada ni nadie lo podrá sobornar.
Hoy me fundí con una mujer al primer beso. No, nada me hubiera imaginado antes, fue violento, instintivo, animal. No sé ni porque iba, eso me habla de instinto. Me cayó fuerte, ni tiempo, ni manos suficientes, devorarse mutuamente. Disculpen, es que sigo en el efluvio, el pulso también tiene sus ritmos y me he dado cuenta... cometo desequilibrios premeditados.. como hoy, como siempre. Ansiaba que pasara algo... la amiga de una amiga...que tampoco conozco y nunca nos pudimos cruzar. Tal vez fue el calor, que lo marea todo, los límites que se derriten, cuerpos que se vuelven salados, labios que surgen carnosos. Los instintos afloran fácil, perdí la disposición de protegerme y cruzar los brazos, cerrarlos. El sudor era untable mientras los ojos nos giran. Mi lengua buscaba el otro calor. No llegamos a acostarnos, a quitarnos toda la ropa siquiera... nacía la urgencia, el momento, previo Apocalipsis, ya no importaría mas nada, solo nuestros cuerpos. Nunca había vivido algo así, tan espontaneo, tan querer es poder. Sin culpas estoy saliendo... como un lento despertar, de un sueño cálido, húmedo, sofocante, intenso. Trato de evocarlo, contar para no olvidar y apresar, tanta intimidad repentina y determinar el punto, donde despierto, pueda encontrar el camino dormido.