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notas de la pradera

non

non

No te veo. Bien sé
que estás aquí, detrás
de una frágil pared
de ladrillos y cal, bien al alcance
de mi voz, si llamara.
Pero no llamaré.
Te llamaré mañana,
cuando, al no verte ya
me imagine que sigues
aquí cerca, a mi lado,
y que basta hoy la voz
que ayer no quise dar.
Mañana... cuando estés
allá detrás de una
frágil pared de vientos,
de cielos y de años.

 

de Pedro Salinas

7 comentarios

CLAUDIA -

No le llamras sino hasta que le hayas perdido para siempre, justo cuando es demasiado tarde..

daniela -

espero que cuando sea necesario pueda llamarte y sentir que estas ahi, para que la soledad no me lleve con ella y me pierda en el tiempo,se que es bueno contar con un amigo que te recuerde el camino y te allude a retomarlo y tengo la esperanza de que vos seas uno de ellos

Pedro -

No, no me basta, no.
Ni ese azul en delirio
celeste sobre mí,
cúspide de lo azul.
Ni esa reiteración
cantante de la ola,
espumas afirmando,
síes, síes sin fin.
Ni tantos irisados
primeros de las nubes
—ópalo, blanco y rosa—,
tan cansadas de cielo
que duermen en las conchas.

No, no me bastan, no.

Colmo, tensión extrema,
suma de la belleza
el mundo, ya no más.

Y yo más.

Más azul que el azul
alto. Más afirmar
amor, querer, que el sí
y el sí y el sí.

La tarde, ya en el límite
de dar, de ser,
agota sus reservas:
gozos, colores, triunfos;
me descubre los fondos
de mares y de glorias,
se estira, vibra, tiembla,
no puede más.

Lo sé, se va a romper
si yo le grito esto
que ya le estoy gritando
irremisiblemente a golpes:

«Tú, ya no más; yo, más.»

Salinas

lamaga -

Por acá se siente la fecha. Por suerte nunca es demasiado tarde, aunque parezca lo contrario.

FOREVER -

HACÉ HOY LO QUE QUIERAS O SIENTAS; NO DEJES PARA MAÑANA PUEDE SER TARDE . PUEDO VER QUE ESTAS ASI COMO BASTANTE ....BUENO NO IMPORTA LLAMA HOY MISMO ..CHAU

Brisa -

El silencio a veces es sinónimo de olvido, por eso a mí hay silencios que me pesan tanto... que me duelen todo.

Pancha -

Postergar el llamado para manhana es una buena amenra de no llamar nunca y aunque a veces el corazón reclama ese letargo, otras, con el tiempo, lo agradece