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notas de la pradera

Parpado de Luciernaga

buenas noches

buenas noches doña sara
buenas noches doce y cinco
quién apagará las luces
cuando me quede dormido

buenas noches mi ropero
mi camisa mi bufanda
esta pieza buenas noches
que me muero hasta mañana

hasta mañana tristeza
adiós el desasosiego
no me extrañes muertecita
que me muero y me despierto

yo soy el que ya se duerme
y el que se quedó dormido
pero se sueña despierto
y no se conoce el olvido

buenas noches esperanza
en mi cuarto no hay postigos
buenas noches mi descanso
que usted no duerme conmigo

buenos días...darno

a-mor/aleja

a-mor/aleja

El ruiNseñor y la rosa

de Oscar Wilde

—Ella me prometió que bailaría conmigo si le llevaba rosas rojas —murmuró el Estudiante—; pero en todo el jardín no queda ni una sola rosa roja.
El Ruiseñor le estaba escuchando desde su nido en la encina, y lo miraba a través de las hojas; al oír esto último, se sintió asombrado.
—¡Ni una sola rosa roja en todo el jardín! —repitió el Estudiante con sus ojos llenos de lágrimas—. ¡Ay, es que la felicidad depende hasta de cosas tan pequeñas! Ya he estudiado todo lo que los sabios han escrito, conozco los secretos de la filosofía y sin embargo, soy desdichado por no tener una rosa roja.
—Por fin tenemos aquí a un enamorado auténtico —se dijo el ruiseñor—. He estado cantándole noche tras noche, aunque no lo conozco; y noche tras noche le he contado su historia a las estrellas; y por fin lo veo ahora. Su cabello es oscuro como la flor del jacinto, y sus labios son tan rojos como la rosa que desea; pero la pasión ha hecho palidecer su rostro hasta dejarlo del color del marfil, y la tristeza ya le puso su marca en la frente.
—El Príncipe da el baile mañana por la noche —seguía quejándose el Estudiante—, y allí estará mi amada. Si le llevo una rosa roja bailará conmigo hasta el amanecer. Si le llevo una rosa roja la estrecharé entre mis brazos, y ella apoyará su cabeza sobre mi hombro, y apoyará su mano en la mía. Pero como no hay ni una sola rosa roja en mi jardín, tendré que sentarme solo, y ella pasará bailando delante mío, sin siquiera mirarme y se me romperá el corazón.
—Este sí que es un auténtico enamorado verdadero —seguía pensando el Ruiseñor—. Yo canto y él sufre; lo que para mí es alegría, para él es dolor. No cabe duda que el amor es una cosa admirable, más preciosa que las esmeraldas y más rara que los ópalos blancos. Ni con perlas ni con ungüentos se lo puede comprar, porque no se vende en los mercados. No se puede adquirir en el comercio ni pesar en las balanzas del oro.
—Los músicos estarán sentados en su estrado —decía el Estudiante—, y harán surgir la música de sus instrumentos, y mi amada bailará al son del arpa y el violín. Ella bailará tan levemente, que sus pies casi no tocarán el suelo, y los cortesanos, con sus trajes fastuosos, formarán corro en torno suyo para admirarla. Pero conmigo no bailará, porque no tengo una rosa roja para darle.
Y se arrojó sobre la hierba, y ocultando su rostro entre las manos, se puso a llorar amargamente.
—¿Por qué está llorando? —preguntó una lagartija verde que pasaba frente a él con la cola al aire.
—¿Sí, por qué? —murmuraba una margarita a su vecina, con voz dulce y tenue.
—Está llorando por una rosa roja —explicó el Ruiseñor.
—¿Por una rosa roja? —exclamaron las otras en coro. ¡Qué ridiculez!
La lagartija, que era un poco cínica, se puso a reír a carcajadas. Sólo el Ruiseñor comprendía el secreto de la pena del Estudiante y, posado silenciosamente en la encina, meditaba sobre el misterio del amor.
Por último, desplegó sus alas oscuras y se elevó en el aire. Cruzó como una sombra a través de la avenida, y como una sombra se deslizó por el jardín.
En medio del prado había un magnífico rosal, y el Ruiseñor voló hasta posársele en una de sus ramas.
—Necesito una rosa roja —le dijo. Dámela y yo te cantaré mi canción más dulce.
Pero el rosal negó sacudiendo su ramaje.
—Mis rosas son blancas —le contestó—, como la espuma del mar y más blancas que la nieve de la montaña. Pero ve donde mi hermana que crece al lado del viejo reloj de sol, y puede ser que ella te proporcione la flor que necesitas.
El Ruiseñor voló hacia el gran rosal que crecía junto al viejo reloj de sol.
—Dame una rosa roja —le dijo—, y te cantaré mi canción más dulce.
Pero el rosal negó sacudiendo su follaje.
—Mis rosas son amarillas —contestó—, tan amarillas como el cabello de la sirena que se sienta en un trono de ámbar, y más amarillas que el Narciso que florece en el prado. Pero anda a ver a mi hermano, que crece al pie de la ventana del Estudiante, y quizás él pueda darte la flor que necesitas.
El Ruiseñor voló entonces hasta el viejo rosal que crecía al pie de la ventana del Estudiante.
—Dame una rosa roja —le dijo—, y yo te cantaré mi canción más dulce.
Pero el rosal negó sacudiendo su follaje.
—Rojas son, en efecto, mis rosas —contestó—; tan rojas como las patas de las palomas, y más rojas que los abanicos de coral que relumbran en las cavernas del océano. Pero el invierno heló mis venas, y la escarcha marchitó mis capullos, y la tormenta rompió mis ramas y durante todo este año no tendré rosas rojas.
—Una rosa roja es todo lo que necesito —exclamó el Ruiseñor—; ¡sólo una rosa roja! ¿No hay manera alguna de que la pueda obtener?
—Hay una manera —contestó el rosal—, pero es tan terrible que no me atrevo a decírtela.
—Dímela —repuso el Ruiseñor—. Yo no me asustaré.
—Si quieres una rosa roja —dijo el rosal—, tienes que construirla con tu música, a la luz de la luna, y teñirla con la sangre de tu corazón. Debes cantar con tu pecho apoyado sobre una de mis espinas. Debes cantar toda la noche, hasta que la espina atraviese tu corazón y la sangre de tu vida fluirá en mis venas y se hará mía...
—La propia muerte es un precio muy alto por una rosa roja —murmuró el Ruiseñor—, y la vida es dulce para todos. Es agradable detenerse en el bosque verde y ver al sol viajando en su carroza de oro y a la luna en su carroza de perlas. Es muy dulce el aroma del espino, y también son dulces las campanillas azules que crecen en el valle y los brezos que florecen en el collado. Sin embargo, el Amor es mejor que la vida, y, por último, ¿qué es el corazón de un ruiseñor comparado con el corazón de un hombre enamorado?
Y, desplegando sus alas oscuras, el ruiseñor se elevó en el aire, cruzó por el jardín como una sombra, y como una sombra se deslizó a través de la avenida.
El Estudiante seguía echado en la hierba, como lo había dejado; y las lágrimas no se secaban en sus anchos ojos.
—¡Alégrate! —le gritó el Ruiseñor—. ¡Siéntete dichoso, porque tendrás tu rosa roja! Yo la construiré con mi música, a la luz de la luna, y la teñiré con la sangre de mi corazón. Lo único que pido en cambio, es que seas un verdadero amante, porque el Amor es más sabio que la Filosofía, por muy sabia que ésta sea, y es más poderoso que la Fuerza, por muy fuerte que ella sea. Las alas del Amor son llamas de mil tonalidades, y su cuerpo es del color del fuego. Sus labios son dulces como la miel, y su aliento es como la mirra silvestre.
El Estudiante levantó la vista de la hierba y escuchó, pero no comprendió lo que decía el Ruiseñor, porque él sólo podía entender lo que estaba escrito en los libros.
En cambio, la encina comprendió y se puso a balancear muy tristemente, porque sentía un hondo cariño por el pequeño Ruiseñor que había construido el nido en sus ramajes.
—Cántame, por favor, una última canción —le susurró la encina—, porque voy a sentirme muy sola cuando te hayas ido.
Y el Ruiseñor cantó para la encina, y su voz era como el agua que cae de una jarra de plata.
Cuando terminó la canción del Ruiseñor, se levantó el Estudiante y sacó del bolsillo un cuadernito y un lápiz.
—He de admitir que ese pájaro tiene estilo —se dijo a sí mismo caminando por la alameda—, eso no puede negarse; pero ¿acaso siente lo que canta? Temo que no, debe ser como tantos artistas, puro estilo y nada de sinceridad. Jamás se sacrificaría por alguien, piensa solamente en música y ya se sabe que el arte es egoísta. Sin embargo, debo reconocer que su voz da notas muy bellas. ¡Lástima que no signifiquen nada, o que no signifiquen nada importante para nadie!
Luego entró en su alcoba, y, echándose sobre su cama, comenzó de nuevo a pensar en su amor. Después de unos momentos se quedó dormido.
Cuando la luna alumbró en los cielos, el Ruiseñor voló hacia el rosal, y apoyó su pecho sobre la mayor de las espinas. Toda la noche estuvo cantando con el pecho contra la espina, y la luna fría y cristalina se inclinó para escuchar. Toda la noche estuvo cantando así apoyado, y la espina se hundía más y más en su carne y la sangre de su vida se derramaba en el rosal.
Cantó primero al nacimiento del Amor en el corazón de los adolescentes. Entonces, en la rama más alta del rosal floreció una rosa maravillosa, pétalo tras pétalo como canción tras canción. Al principio era pálida, como la niebla que flota sobre el río; pálida como los pies de la mañana y plateada como las alas de la aurora. La rosa que floreció en la rama más alta del rosal era como el reflejo de una rosa en un cáliz de plata, era como el reflejo de una rosa en espejo de agua.
El rosal le gritó al Ruiseñor para que apretara más su pecho contra la espina.
—¡Aprétate más, pequeño Ruiseñor —gritó el rosal—, o el día llegará antes de haber terminado de fabricar la rosa!
Y el Ruiseñor se apretó más contra la espina, y más y más creció su canto porque ahora cantaba el nacimiento de la pasión en el alma de un joven y de una virgen.
Y un delicado rubor comenzó a cubrir las hojas de la rosa, como el rubor que cubre las mejillas del novio cuando besa los labios de su prometida.
Pero la espina no llegaba todavía al corazón del corazón, y el corazón de la rosa permanecía blanco, porque sólo la sangre de un ruiseñor puede enrojecer el corazón de una rosa.
Y el rosal le gritó al Ruiseñor para que se apretara más aún contra la espina.
—¡Aprétate más, pequeño Ruiseñor —gritó el rosal—, o llegará el día antes de haber terminado de fabricar la rosa!
Y el Ruiseñor se apretó más aún contra la espina, y la espina al fin le alcanzó el corazón. Un terrible dolor lo traspasó. Más y más amargo era el dolor, y más y más impetuosa se hacía su canción, porque ahora cantaba el Amor sublimado por la muerte, el Amor que no puede aprisionar la tumba.
Y la rosa del rosal se puso carmesí como la rosa del cielo del Oriente. Su corona de pétalos era púrpura como es purpúreo el corazón de un rubí.
La voz del Ruiseñor ya desmayaba, sus alitas comenzaron a agitarse, y una nube le cayó sobre sus ojos. Su canto desmayaba más y más, y sentía que algo le obstruía la garganta.
Entonces tuvo una última explosión de música. Al oírla la luna blanca se olvidó del alba y se demoró en el horizonte. Al oírla la rosa roja tembló de éxtasis y abrió sus pétalos al frescor de la mañana. El eco llevó la canción a la caverna de las montañas, y despertó a los pastores dormidos. Luego navegó entre los juncos del río que llevaron el mensaje hasta el mar.
—¡Mira, mira —gritó el rosal—, la rosa ya está terminada!
Pero el Ruiseñor no contestó, porque estaba muerto con la espina clavada en su corazón.
Ya era eso del mediodía cuando despertó el Estudiante; abrió la ventana y miró hacia afuera.
—¡Caramba, qué maravillosa visión! —exclamó—. ¡Una rosa roja! En mi vida he visto una rosa semejante. Es tan hermosa que estoy seguro que tiene un nombre muy largo en latín.
Se inclinó por el balcón y la cortó.
En seguida se caló el sombrero, y con la rosa en la mano, corrió a la casa del profesor.
La hija del profesor estaba sentada cerca de la puerta, devanando una madeja de seda azul, con su perrito a los pies.
—Dijiste que bailarías conmigo si te traía una rosa roja —exclamó el Estudiante—. Aquí tienes la rosa más roja de todo el mundo. Esta noche la prenderás sobre tu corazón y como bailaremos juntos podré decirte cuánto te amo.
Pero la jovencita frunció el ceño.
—Me temo que no va a hacer juego con mi vestido nuevo —repuso—, Y, además el sobrino del Chambelán me envió unas joyas de verdad, y todo el mundo sabe que las joyas son más caras que las flores.
—Eres una ingrata incorregible —dijo agriamente el Estudiante, y tiró con ira la rosa al arroyo donde un carro la aplastó al pasar.
—¿Ingrata? —dijo la muchacha—. Yo te digo que eres un grosero. ¿Qué eres tú, después de todo? Sólo un estudiante, y ni siquiera creo que lleves hebillas de plata en los zapatos, como lo hace el sobrino del Chambelán.
Y muy altanera se metió en su casa.
—¡Qué cosa más estúpida es el Amor! —se dijo el Estudiante mientras caminaba—. No es ni la mitad de útil que la Lógica, porque no demuestra nada y le habla a uno siempre de cosas que no suceden nunca, y hace creer verdades que no son ciertas. En realidad no es nada práctico, y como en estos tiempos ser práctico es serlo todo, volveré a la Filosofía y al estudio de la Metafísica.
Y al llegar a su casa, abrió un libro lleno de polvo, y se puso a leer.

chica triste

chica triste

"si tuviéramos más tiempo o la esperanza fuera un sillón cómodo, te contaría que yo también, una vez fui un pájaro"


http://chicatriste.blogspot.com/

Parpadea la Negra

Parpadea la Negra A Eros

He aquí que te cacé por el pescuezo
a la orilla del mar, mientras movías
las flechas de tu aljaba para herirme
y vi en el suelo tu floreal corona.
Como a un muñeco destripé tu vientre
y examiné sus ruedas engañosas
y muy envuelta en sus poleas de oro
hallé una trampa que decía: sexo.

Sobre la playa, ya un guiñapo triste,
te mostré al sol, buscón de tus hazañas,
ante un coro asustado de sirenas.

Iba subiendo por la cuesta albina
tu madrina de engaños, Doña Luna,
y te arrojé a la boca de las olas.

de Alfonsina Storni

Ya se sabe, no se ama de una sola forma.
Se puede amar desde la pasión o la locura,
la culpa o la resignación,
la angustia o el delirio.

También se puede amar desde la fantasía,
el engaño o el dolor.

El amor puede ser romántico,
piadoso,
poético,
teatral,
melancólico,
patético,
perverso
o aburrido.

Y puede hallarse
en la caridad y el desprendimiento,
tanto como en el egoísmo o el espejo.

¿QUE COSA ES EL AMOR ?
En Galatea Metastasio dice ..... " cien fantasmas vanos en cada instante "

La felicidad no es una meta,
no está al final de ningún camino;
se la tiene a veces y nada más,
un día si y otro no...

porque las alegrías
son jaqueadas con frecuencia por el dolor.

Gracias por esto que me has escrito, La Negra

hasta siempre

Parpadea verónica

de lirios blancos cubrí mi rostro
cuando partía en viaje con la muerte

el primer rocío de la mañana
regó los ojos abiertos y las semillas
que aún palpitaban en mis senos

cuando vino la muerte
me encontró radiante

solo el tiempo transcurrido
logró apagar los blancos lirios
de mi mañana

me lo ha prestado de su sentir, verónica da costa. Gracias

Niñas

Niñas Dicen que suenan las olas
mejor allá en la barranca,
y que la arena es muy blanca
donde están las niñas solas.

de José Martí

Ternura de tigre

La lengua sobre todo, afectuosa,
áspera y cortesana en el saludo.

Las zarpas de abrazar, con qué cuidado,
o de impetrar afecto, o daño, a quien lo doma.

La caricia con uñas, el pecho boca arriba
para mostrar el corazón cautivo.

La piel toda entregada, la voz ronca
retozando en su jaula de colmillos,
y los ojos enormes, de algas, sonriendo

a la muerte inmediata

a que fue sentenciado

de Carlos Barral

Este Poema

este poema hablará del mar maldito
que trajo a estas playas las naves
hablará de madres que lloran por sus hijos
tragados por el mar
este poema no dirá nada nuevo
este poema hablará del tiempo
del tiempo sin fin del tiempo indefinido
este poema citará nombres
nombres como lumumba kenyatta nkrumah
hannibal akenaton malcolm garvey
haile selassie
este poema desprecia al apartheid al racismo al fascismo
los motínes klu klux klan en Brixton y Atlanta
jim jones
este poema se rebela contra la división primer mundo segundo mundo
tercer mundo: decisión del hombre
este poema es un poema cualquiera
este poema no tendrá lugar entre las obras maestras
no será recitado por entusiastas
no será citado por políticos ni religiosos
este poema es puñal bomba arma fuego
arde por la libertad
si, este poema es tambor
ashanti mau mau ibo yoruba nyahbingi guerrero
uhruru uhruru
uhruru namibia
uhruru soweto
uhruru áfrica

este poema no cambiará nada
a este poema le faltan unos cambios
este poema es el renacimiento de un pueblo
que se levanta se despierta entiende
este poema habla está hablando habló
este poema seguirá aún cuando dejen de escribir los poetas
este poema sobrevivirá a mi
a tí permanecerá en la historia
en tu cabeza
en el tiempo y para siempre
este poema con el tiempo el tiempo dirá
este poema aún no ha sido escrito
este poema no tiene autor
este poema es solo parte del cuento
de su... historia nuestra... historia la historia sin narrar
este poema ya timbra habla molesta
lo quieres detener y no puedes
porque este poema no se detiene
este poema es largo no es corto
este poema no se domina ni se culpa
la historia de este poema no se ha contado
este poema es viejo nuevo
este poema se tomó de la biblia del devocionario
de playboy el new york times readers digest
de los archivos Cia de los archivos Kgb
este poema no guarda secretos
de este poema dirán pendejada estupidez sinsentido
este poema te observa tratando de buscar el hilo
este poema te revuelve los sesos
quieres dejar de escuchar este poema
pero este poema no te deja
necesitas saber qué te dirá ahora este poema
pero este poema te quedará mal porque
este poema continúa en tu mente en tu mente

de Mutabaruka - Jamaica 1952

Hoy ten miedo de mí

Hoy ten miedo de mí Hoy que llevo en la boca el sabor a vencido
procura tener a la mano a un amigo
que cuide tu frente y tu voz
y que cuide de ti, para ti y tus vestidos
y a tus pensamientos mantenlos atentos
y a mano a tu amigo.

La importancia de verte
y morderte los labios de preocupación
es hoy tan necesaria como verte siempre
como andar siguiéndote con la cabeza en la imaginación
porque sabes y si no lo sabes, no importa
yo se lo que siento, yo se lo que cortan después unos labios
esos labios rojos y afilados
y estos puños que tiemblan de rabia cuando estas contenta,
que tiemblan de miedo si alguien se te acercará a ti.

Hoy procura que aquella ventana que mira a la calle
en tu cuarto se tenga cerrada,
porque no vaya a ser yo el viento de la noche
y te mida y recorra la piel con mi aliento
y hasta te acaricie y te deje dormir
y me meta en tu pecho y me vuelva a salir
y respires de mí
o me vuelva una estrella y te estreche en mis rayos
y todo por no hacerme un poco de caso
ten miedo de mayo y ten miedo de mi
porque no vaya a ser que cansado de verte me meta en tus brazos para poseerte
y te arranque las ropas y te bese los pies
y te llame mi diosa y no pueda mirarte de frente
y te diga llorando después:
Por favor tenme miedo, tiembla mucho de miedo mujer, porque no puede ser.....

de Fernando Delgadillo

http://www.fdelgadillo.com.mx/tenmiedo.mp3

Parpadea Anita

Parpadea Anita Ecos que trae el viento de tiempos lejanos

A veces en la noche, cuando subo a la azotea para sentirme aunque sea un poquito más cerca de las estrellas, cierro los ojos, y puedo hallar ese mágico lugar detenido en el tiempo donde soy la feliz protagonista de aquel cuento, hoy olvidado en un viejo cajón, enterrado bajo una pila de nuevas historias.

Esas veces, cuando me acomodo en un rinconcito del techo para conversar con la luna, melancólica le pregunto si esta muchachita de flores y mariposas entre las manos, antes luminosa ahora triste, solitaria, será alguna vez descubierta, será por fin desempolvada.

¿Será?, ¿cuándo será?, ¿cómo será?, ¿quién la hallará?, no me canso de gritarle.

Hasta que abatida por el silencio caigo, abro los ojos mojados, miro hacia arriba y encuentro sin buscar, la calma del alma. Pues sí, la madre sabia me ha escuchado y ha tenido la generosidad de recordarme, que anda al rescate de esta niña, caminando por la vida, cerquita no más, un hombre azul en sus afueras, multicolor en sus entrañas, que nació para amarla.

Sólo hace falta que se crucen, sólo hace falta que se vean.

Mientras tanto, él pasea, ella espera.

Parpadea Mulú

Parpadea Mulú ************************************* Luna Salvaje ****************************************

Un viento helado roza mis pechos, se erizan. Rocas, guijarros, despiden el último calor del día. Un aroma desconocido me marea. ¿Jarilla, tal vez?
Tu cuerpo invisible me ampara. Cierro los ojos. Te presiento. Aleteo en tu piel sin animarme. Avanzo, me detengo... Mis labios te descubren. Blandos, se abren tanteando tus sentidos. Salobres humedades nutren mi agonía. Mi ansia se atormenta en un mar encrespado. Busco que me pulses en tu métrica agitada. Penetra mi cuerpo tu lírica iracunda. Me alzas, me sofocas, domina la locura.
Y ya no eres montaña, ni yo tampoco agua. Solo un baile salvaje en esta noche clara.

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Parpadea Tamara

Parpadea Tamara ++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

" El alma necesita de esperanza y de ilusion...pero de esperanza sobre todo. Esperanza en encontrar ese camino que anhelamos desde el comienzo de nuestra vida. La ilusión es un ingrediente que endulza la espera y el trayecto.., pero la ilusion desmedida..solo destruye; con ella la realidad se desvirtúa ante nuestros ojos y no nos deja ver claramente, y las ilusiones se convierten entonces en un cumulo de mentira que parece inocente pero que se arraiga a nuestro ser. Cuando se rompe en mil pedazos caemos en la cuenta del tiempo que perdimos sin buscar realmente "con esperanza" el camino verdadero. "

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Parpadea Janis

Desesperados...

Si todos los desesperados
nos fundiésemos
en un desesperado abrazo
desesperadamente

los desesperados
abrazados todos

moriríamos de asfixia.

janis hagen.

Dedicado a Po

Libre...

Ví tu figura reflejada sobre el vidrio. Cuando voví mi cara para verte, habías subido al taxi.
Encendí un cigarrillo mientras pensaba:
Ya vendrá otro.

janis hagen

Parpadea Principesa

Parpadea Principesa Una vez vivía un pueblo en el lecho de un gran río cristalino.

La corriente del río se deslizaba silenciosamente sobre todos sus habitantes: jóvenes y ancianos, ricos y pobres, buenos y malos, y la corriente seguía su camino, ajena a todo lo que no fuera su propia esencia de cristal.

Cada criatura se aferraba como podía a las ramitas y rocas del lecho del río, porque su modo de vida consistía en aferrarse y porque desde la cuna todos habían aprendido a resistir la corriente.

Pero al fin una criatura dijo: Estoy harta de asirme. Aunque no lo veo con mis ojos, confío en que la corriente sepa hacia donde va. Me soltaré y dejaré que me lleve adonde quiera. Si continuo inmovilizada, me moriré de hastío.

Las otras criaturas rieron y exclamaron: ¡Necia!¡Suéltaté y la corriente que veneras te arrojará, revolcada y hecha pedazos, contra las rocas y morirás más rapidamente que de hastío!

Pero la que había hablado en primer término no les hizo caso, y después de inhalar profundamente se soltó; inmediatamente la corriente la revolcó y la lanzó contra las rocas.

Mas la criatura se empecinó en no volver a aferrarse y entonces la corriente la alzó del fondo y ella no volvió a magullarse ni a lastimarse.

Y las criaturas que se hallaban aguas abajo, que no la conocían clamaron: ¡ Ved un milagro! ¡Una criatura como nosotras y sin embargo vuela! ¡ Ved al Mesías que ha venido a salvarnos a todas!

Y la que había sido arrastrada por la corriente respondió: No soy más mesías que vosotras. El río se complace en alzarnos, con la condición de que nos atrevamos a soltarnos. Nuestra verdadera tarea es este viaje, esta aventura.

de R.B.

dedicado a una personita muy especial